sábado, junio 02, 2007

Trauma 2: You can leave your hat on

Y es que no naci demasiado agraciado. Mas bien todo lo contrario. Era algo rojo, pelon y alargado... vamos, como una lombriz de tierra cualquiera. Cuenta la leyenda que estando un dia de paseo, mi madre, previsora ella, me habia cubierto la calva cabeza con un gorrito. Mi padre, tras media hora de paseo reparo en semejante desatino, e increpó asi a mi creadora: "Mujer, quitale el gorro al niño". Mi madre, obediente, asi lo hizo. La respuesta de mi padre todavia queda grabada a fuego como una famosa ultima palabra: "Mujer, por dios, ponle el gorro"