No tengo perdon de Dios
Es verdad, lo reconozco... no tengo perdion de ninguna divinidad... Demasiado tiempo vagando por los mundos de dios, y sin contar nada... es injusto hasta para mi mismo.
Os cuento... este servidor vuestro se ha mudado con todo el equipo pero sin Pitufa a Vitoria-Gasteiz, y la verdad, nada mas lejos de la realidad que la imagen que los norteños conjuran en nuestra mente... ¡Que gente!¡Que comidas! Aqui lo de estar a dieta no es dificil...es un reto que ni Mario Bross afrontaria con dignidad.
Al principio todo fue dificil, y apenas pude conservar la cordura. A base de deambular por esta hermosisima ciudad fui descubriendo un paisaje arquitectonico casi tan sorprendente como la oferta gastronomica. A los dos dias ya era el rey del mambo, y apenas entro en el Sagartoki, que siempre esta a reventar, Ricardo, el camarero, siempre atento y sonriente, me mira y pregunta que quiero. Pero ya lo sabe: un huevo frito (hum...), quizas otro pintxo si me veo aventurero, y de beber escancia el vino que quieras, que no fallas ni a proposito... Guitian gallego, Ramon Bilbao de la tierra, Izadi... que vinos... que gente! Que comidas!
Apenas una semana me bastó para encontrar la que seria mi morada, alejada del mundanal ruido y acompañado por una tribu de lo mas selecta: Un gallego al que he adoptado y al que intento enseñar a cocinar y a comer sano, rico y engordante, un asturiano que no para en casa mas que para dormir lo justo, una cantabra que es la alegria de la casa, y nuestro casero, un vitoria sin complejos. Ademas tenemos a nuestra última incoroporacion, un astur que se va perfilando como otro personaje al que tarde o temprano cogeremos un gran cariño.
Por mi parte hago lo posible por fomentar la vida en común, y he descubierto que aparte de gran comilon soy un apto cocinero. La cena de hoy, guiso de rubellons (que no se como se llaman en castellano... cosas de que Mamá Fanpire sea catalana), castañas y coles de bruselas, con su puntito de comino, sofrito de verduras ecologicas gallegas y pimienta del Eroski.
Vitoria parece un buen sitio donde vivir. Tiene museos interesantes, una catedral que he visitado al menos cuatro veces, y que no dudo visitare al menos una docena de veces más, una gastronomia impresionante, bonitos paisajes... y trabajo. Mucho trabajo. He pasado de delineante deprimido de segunda a jefe de proyectos saturado de primera. Lo que es la vida.
La Pitufa me dijo que si habia que parir un vasco, vasco seria la criatura. Se que le costaria mucho marcharse de Sevilla, sobre todo por la familia y el frio, pero el amor nos puede a los dos, y allá donde estemo, allí es donde estamos. Lo que hace el amor... nos convierte en unos idiotas alienados que son capaces de renunciar al oro por la paja. Ahora, eso si, idiotas con corazoncitos en los ojos.
Si me perdonais, prometo pasar por aqui al menos una vez a la semana, para daros cuenta de lo que es el mundo feliz del norte... Y por una vez, esto parece mas gospel que blues... tanto nombrar a Dios tenía que salir por alguna parte, así que... Aleluya!
Os cuento... este servidor vuestro se ha mudado con todo el equipo pero sin Pitufa a Vitoria-Gasteiz, y la verdad, nada mas lejos de la realidad que la imagen que los norteños conjuran en nuestra mente... ¡Que gente!¡Que comidas! Aqui lo de estar a dieta no es dificil...es un reto que ni Mario Bross afrontaria con dignidad.
Al principio todo fue dificil, y apenas pude conservar la cordura. A base de deambular por esta hermosisima ciudad fui descubriendo un paisaje arquitectonico casi tan sorprendente como la oferta gastronomica. A los dos dias ya era el rey del mambo, y apenas entro en el Sagartoki, que siempre esta a reventar, Ricardo, el camarero, siempre atento y sonriente, me mira y pregunta que quiero. Pero ya lo sabe: un huevo frito (hum...), quizas otro pintxo si me veo aventurero, y de beber escancia el vino que quieras, que no fallas ni a proposito... Guitian gallego, Ramon Bilbao de la tierra, Izadi... que vinos... que gente! Que comidas!
Apenas una semana me bastó para encontrar la que seria mi morada, alejada del mundanal ruido y acompañado por una tribu de lo mas selecta: Un gallego al que he adoptado y al que intento enseñar a cocinar y a comer sano, rico y engordante, un asturiano que no para en casa mas que para dormir lo justo, una cantabra que es la alegria de la casa, y nuestro casero, un vitoria sin complejos. Ademas tenemos a nuestra última incoroporacion, un astur que se va perfilando como otro personaje al que tarde o temprano cogeremos un gran cariño.
Por mi parte hago lo posible por fomentar la vida en común, y he descubierto que aparte de gran comilon soy un apto cocinero. La cena de hoy, guiso de rubellons (que no se como se llaman en castellano... cosas de que Mamá Fanpire sea catalana), castañas y coles de bruselas, con su puntito de comino, sofrito de verduras ecologicas gallegas y pimienta del Eroski.
Vitoria parece un buen sitio donde vivir. Tiene museos interesantes, una catedral que he visitado al menos cuatro veces, y que no dudo visitare al menos una docena de veces más, una gastronomia impresionante, bonitos paisajes... y trabajo. Mucho trabajo. He pasado de delineante deprimido de segunda a jefe de proyectos saturado de primera. Lo que es la vida.
La Pitufa me dijo que si habia que parir un vasco, vasco seria la criatura. Se que le costaria mucho marcharse de Sevilla, sobre todo por la familia y el frio, pero el amor nos puede a los dos, y allá donde estemo, allí es donde estamos. Lo que hace el amor... nos convierte en unos idiotas alienados que son capaces de renunciar al oro por la paja. Ahora, eso si, idiotas con corazoncitos en los ojos.
Si me perdonais, prometo pasar por aqui al menos una vez a la semana, para daros cuenta de lo que es el mundo feliz del norte... Y por una vez, esto parece mas gospel que blues... tanto nombrar a Dios tenía que salir por alguna parte, así que... Aleluya!
1 Comments:
Aleluya, Aleluya.
Apareciste Fanpire en estado efervescente y con residencia en estado gelido como corresponde a un Fanpire que se precie
Sigue contandonos tus historias, nos haces soñar y a veces vibrar,
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