El ruso que perdio las alas
No. No voy a hablaros de un Von loco aficionado al vodka que andase atacando gallineros agenos por un quiteme alla esas alas. El ruso en cuestion merece una mayuscula en su nacionalidad, pues asi se llama, es mas peludo de lo que podriamos encontrar en el reino humanoide y tiene la mania de acosarme en el cuarto de baño. Ruso es mi gato, o mejor dicho, uno de mis gatos. El otro dia, al llegar a casa, tarde y cansados como estabamos, Pitufa y yo nos entregamos con deleite al uso de la cama (malpensados!) para el ronquido, cuando la insistencia de la otra inquilina felina nos alerto. Trece, que asi se llama mi castigo blanco, no paraba de gritar, porque no se podia calificar el molesto sonido de otra forma, y con desesperado trote, recorria las habituales zonas de esparcimiento de su gatuno compañero. Miraba desesperada a todos lados, mientras yo musitaba sobre la dudosa virtuosidad de su progenitora y la paternidad mas dudosa todavia. Entonces mi cansancio dio paso a la duda: Donde se ha metido el gato? Busque y busque sin resultado, tanto que la Pitufa, tan huerfano de sueño como yo, se levanto intranquila en busca del gato. Resolvimos, tras rebuscar lavadora, armarios, la pecera, el balcon y todos los rincones de nuestro escueto piso, que el puñetero no estaba. Corrimos a la calle, ella jaula en mano, y empezamos a llamarlo. Me pase una media hora arrodillado, mirando bajo los coches.
Desesperabamos ya cuando empezamos a llamarlo como lo llamamos siempre, chasqueando los dedos. Ya nos ibamos cuando un debil maullido nos hizo alzar el rostro sorprendidos. La obra de enfrente era el refugio del pobre animal, que asustado se acerco hasta nosotros. De vuelta en casa, lo alimentamos, y vigilamos toda la noche (no pude dormir nada). El bicho estaba bien, ergo se habia escapado por la puerta.
Al dia siguiente, viernes para los que se quieran situar, comentamos lo ocurrido con La Coyota y su insufrible novio, el Sioux, cuando este, asomandose, se rio y nos dijo: "Vuestro gato es un cabron con mucha suerte, mirad". Ruso no se habia escapado; se habia caido por el balcon de un tercero, y habia aterrizado sobre el techo de un coche, que hoy luce hermosa abolladura recuerdo de un gato cabron.
Y es que este ruso olvido las alas junto al comedero
Desesperabamos ya cuando empezamos a llamarlo como lo llamamos siempre, chasqueando los dedos. Ya nos ibamos cuando un debil maullido nos hizo alzar el rostro sorprendidos. La obra de enfrente era el refugio del pobre animal, que asustado se acerco hasta nosotros. De vuelta en casa, lo alimentamos, y vigilamos toda la noche (no pude dormir nada). El bicho estaba bien, ergo se habia escapado por la puerta.
Al dia siguiente, viernes para los que se quieran situar, comentamos lo ocurrido con La Coyota y su insufrible novio, el Sioux, cuando este, asomandose, se rio y nos dijo: "Vuestro gato es un cabron con mucha suerte, mirad". Ruso no se habia escapado; se habia caido por el balcon de un tercero, y habia aterrizado sobre el techo de un coche, que hoy luce hermosa abolladura recuerdo de un gato cabron.
Y es que este ruso olvido las alas junto al comedero