viernes, agosto 14, 2009

Derribando paredes a cabezazos

Y es que no escarmiento. No puedo evitar ser yo.
Dicen que cuando nace una amistad, esta es para siempre. No importa cuan fuerte te golpeen en el corazon o la cabeza. Un amigo es una tatuaje, es para siempre. No te lo podras quitar de encima nunca, porque ya forma parte de ti. Te cansaras del tatuaje, te molestara, incluso es posible que llegues a odiarlo, pero no serias el mismo sin ese borron que afea tu piel.
Echo de menos a algunas personas que alguna vez fueron mis amigos, y me disfrazo el corazon diciendo que los odio, pero no puedo ocultar lo evidente. Los veo, los escucho, o simplemente, me acuerdo, y me pongo triste. Demasiadas cosas que no puedo o no quiero olvidar. Y todas se asoman a la vez a mi rostro, y quieren salir por mis ojos. Y no quiero que salgan, no puedo permitirlo.
Y ya estoy otra vez, con el corazon en carne viva, como un perro apaleado que menea el rabo, aterrorizado pero perro, al fin y al cabo, cuando aparece su maldito dueño. Aqui estoy otra vez, esperando una oportunidad de humillarme. Esperando la oportunidad de decir "Venga, no fue para tanto. Dejame volver a ser parte de tu vida". Y así me va.
La Pitufa y mi padre comparten una habilidad asombrosa: Pueden fumar un par de paquetes en una semana, y no volver a fumar hasta un año o dos despues. Ojala yo pudiese hacerlo. Con todo. Poder prescindir de esa gente que tanto necesito a mi alrededor, no pensar en ellos. Dejarlos del todo, como olvide mi último paquete de cigarrillos sobre una mesa, y allá quedo. No he vuelto a fumar porque soy adicto al tabaco. Adicto es dependiente. Dependendiente es que necesitas algo sin lo que eres incapaz de alcanzar la felicidad o la tranquilidad. Soy adicto a las personas que conozco. Son mi heroina.
Y no importa cuan duro me golpeen. Soy una roca. Soy inamovible. A veces soy un farsante. No soy una roca. Me conmuevo con suma facilidad. Necesito a mis amigos, incluso a los que no recuerdan que somos amigos.
Necesito descansar de un corazon que palpita enfermo de recuerdos. Necesito una cura de olvido rapido.

lunes, agosto 10, 2009

PST

Fred me ha recordado que os tengo que contar algo que paso este fin de semana.
El sabado, parte de la familia politica de fuera de la ciudad vino de visita a casa de mis suegros. Allí que fuimos La Pitufa, Shiva (el terror del mando de la tele), una docena de madalenas, dos toallas y un servidor. Ellos, tan cariñosos como siempre, y con esos dos chiquillos que hacen que se me reblandezcan coco y corazón, todo el dia colgados de mi cuello...
El caso es que despues de opipara comida, cuando todo apuntaba a copa y piscina, con excusa de enseñarnos algo, sacaron el portatil. Me lo vi venir de lejos. Es como cuando ves una bola de nieve volando hacia ti y tienes la certeza de que en breve estaras saboreando un monton de nieve sucia. Es la premonicion del informatico, o llamalo el sentimiento de lo inevitable. Y se confirma. Siempre. Normalmente, el heraldo del problema tiene un sonido. Algo asi como "Blump!" seguido de un "Que raro...". Click, clik, Blump! "Pues ayer no..." Dunk, dunk, Blump!. "Ehm... le puedes echar un ojo?"
Y claro, no puedes decir que no... y tres horas despues sigues sin poder decir que no, desintalando, reinstalando, teniendo cuidado de no perder fotos, de no perder facturacion de la empresa ni correos electronicos... es decir... eres el PST. Puto Servicio Tecnico. Tambien lo podrian haber llamado ECQAOG, El Capullo Que Arregla Ordenadores Gratis, pero no suena tan bien.
Lo que si suena bien es la piscina, y no el aleteo y zumbar de las moscas...
Ahora eso si, nos han invitado a su casa... despues me han dicho que se les habia estropeado el ordenador de sobremesa... y ya no me hacia tanta gracias, ves?

Bump! Bump!... "Que raro..." Bump! Los humanos deberiamos tener ese sonido para emergencias...