Un mundo de pajaritos
Hace mas de 150 años que existia ese entrañable mercadillo en una centrica plaza de Sevilla. Era tradicion de infancia la de pasear entre vendedores, mirando boquiabierto los animales que se alienaban dispuestos a ser acariciados, comprados o adoptados. Paseo matutino obligatorio de todos nuestros domingos, museo improvisado para todos los niños.
Hace ya algun tiempo, y ante la queja de los vecinos, se le intento poner veto, pero no se puede parar un clamor popular tan grande como el que surgio. Pero como al toro, se le mata por cansancio, y al final el acoso y derribo cobro pieza, con la puntilla que sobre la cabeza le metio la gripe aviar. Y ya esta Sevilla sin el sonido de los pajaritos que con alegria cantaban todas las mañanas de domingo.
Y yo, que de brujo tengo algo, y de agorero mucho, preveo que esa plaza desnuda de ladridos, cobijada por cercanos muros y ausente de policias, se vera tomada por los indeseables que ocupan zonas aledañas, que son yonkis, botelloneros y prostitutas. Entonces que se quejen los vecinos, y yo, entre trino y trino, les dire:"Lo siento, no me dejan oirte mis pajaritos".
Ademas, zona curiosa, que se siente molesta por el trino de un pajaro el domingo, y no protesta lo mas minimo ante la invasion direccta que en Semana Santa sufre la insigne plaza. Ridiculos vecinos, dejadme con mis pajaritos.
Y se llevaran el mercado a otra parte. Querran darnos un sucedaneo descafeinado de historia reciente, poner casetas prefabricadas, encerrar a los animales en jaulas tras cristales, que no los puedan tocar los niños. Entonces estaremos en una tienda de animales... con niños golpeando cristales sin comprender, si son tan buenos, porque no pueden acariciar a los perritos.
Lo siento, alcalde. Aqui me quedo yo con mi voz.. y mis pajaritos
Hace ya algun tiempo, y ante la queja de los vecinos, se le intento poner veto, pero no se puede parar un clamor popular tan grande como el que surgio. Pero como al toro, se le mata por cansancio, y al final el acoso y derribo cobro pieza, con la puntilla que sobre la cabeza le metio la gripe aviar. Y ya esta Sevilla sin el sonido de los pajaritos que con alegria cantaban todas las mañanas de domingo.
Y yo, que de brujo tengo algo, y de agorero mucho, preveo que esa plaza desnuda de ladridos, cobijada por cercanos muros y ausente de policias, se vera tomada por los indeseables que ocupan zonas aledañas, que son yonkis, botelloneros y prostitutas. Entonces que se quejen los vecinos, y yo, entre trino y trino, les dire:"Lo siento, no me dejan oirte mis pajaritos".
Ademas, zona curiosa, que se siente molesta por el trino de un pajaro el domingo, y no protesta lo mas minimo ante la invasion direccta que en Semana Santa sufre la insigne plaza. Ridiculos vecinos, dejadme con mis pajaritos.
Y se llevaran el mercado a otra parte. Querran darnos un sucedaneo descafeinado de historia reciente, poner casetas prefabricadas, encerrar a los animales en jaulas tras cristales, que no los puedan tocar los niños. Entonces estaremos en una tienda de animales... con niños golpeando cristales sin comprender, si son tan buenos, porque no pueden acariciar a los perritos.
Lo siento, alcalde. Aqui me quedo yo con mi voz.. y mis pajaritos
2 Comments:
Escribo el primer comentario para pedir perdon a Nepo, que cuando lea esto seguro que le vuelve a fastidiar el estomago.
Tranquilo, Ariel, que te llevare, cuando vengas a Sevilla, a ver a los bichos.. y te aseguro que hay algunos sorprendentes, como crias de avestruz...
Vaya, ¿han quitado ese mercadillo? Qué pena, no iba mucho porque cuando hay mucha gente me agobiaba ir en bici, pero de vez en cuando me pasaba por alli a ver a los bichos.
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