jueves, febrero 16, 2006

Malos vicios

La Pitufa es toda una coleccion de habitos curiosos. Especialmente con la comida. Cuando nos conocimos, jamas habia ido a comer a un restaurante chino. Ahora estamos todo el dia planeando a que restaurante iremos (aunque siempre terminemos en el mismo, un bar de barrio economico y que pone raciones simplemente impresionantes). Muchos sucesos similares han poblado nuestra historia de amor. No lo gusta el vino, ni el caviar... barato. Regresaron mis padres de un viaje en el que consiguieron a precio de risa unas latas de caviar ruso, y nos invitaron a La Pitufa y a mi a cenar aquella noche. Mi madre lo preparo todo, pero La Pitufa miro al caviar a la cara y se le escapo un "que asco" que se me erizaron los pelos de la nuca. Entonces mi madre, amorosa como solo una madre puede serlo, le pregunto: "Pero vamos a ver, alma de cantaro, ¿Donde has probado tu el caviar?" y ella respondio: "En las bodas, y no me gusta". Mi madre tomo entonces delicadamente una cucharilla de porcelana, la lleno hasta la bola de caviar y padentro que fue. La Pitufa estaba confundida. El glamour se apoderaba de ella... hasta que lo evito con el corolario "Hostia! Que bueno". Mis sueños de rolls royce y vacaciones en Cannes adquirieron un color tintorro de tasca de pueblo, y el rolls tenia en el techo una jaula con gallina, a lo Bienvenido Mister Marshall. Aún asi, me complacía.
En otra ocasion, celebrando el cierre de un negocio especialmente desagradable, fuimos a comer con mis padres y unos amigos. Se descorcho una muy correcta botella de Protos Reserva... y la curiosidad le pudo a La Pitufa: "Sirveme un poco, anda", me susurro. Dicho y echo, probado y novio alucinado. "Pues esta buenisimo este vino, eh? ¿Por que no lo compramos para el piso?" Cariño... la botella vale unas 10.000 cucas a lo tonto...
En fin, en la nevera guardamos una botella de Veuve Cliquot Pomsardin para brindar cuando la cocina este por fin terminada. Esa botella supuso dos meses de cerveza Lidl y panchitos Aldi, que el gato tuviese que abandonar su adiccion a Friskies y adaptarse al pienso a granel y que la Pitufa conozca la vida que algun dia espero que llevemos. Quesos y pates franceses poblaran nuestras noches en vela...
Amo a mi Pitufa. Y mi vida se puede contar como una sucesion de hitos gastronomicos...
Tengo que dejar la dieta!

2 Comments:

Blogger reve said...

OOH!! el veuve cliquot es lo mejor que hay en el mundo!!

Todo esto me suena mucho, tú no serás mi novio, verdad??... me va a caer bien la pitufa

5:58 p. m.  
Blogger Nepomuk said...

¡Eso no es una pitufa!¡es Sissi emperatriz! ¡a tratarla como a una reina!

Me gusta :) yo tengo simpatía especial por las personas que sorben con pajita los placeres de la vida. Chaval... eso dice mucho en su favor.

8:05 p. m.  

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